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De la promesa de oro a las lágrimas: Valieva se derrumbó bajo la presión y se quedó sin podio en la prueba individual

Era la gran candidata al oro. La nueva joya del patinaje artístico, que llegó invicta a los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing (no había perdido ninguna competencia desde que debutó en la categoría senior a principios de esta temporada), con la promesa de deslumbrar al mundo y dominar sobre el hielo del Capital Indoor Stadium. Pero Kamila Valieva se despidió de la capital china sin la medalla que fue a buscar y entre lágrimas. La rusa, de apenas 15 años, terminó quebrándose bajo la presión por todo lo que vivió en los últimos nueve días, desde que se conoció que dio positivo en un control antidoping realizado en diciembre, y falló en el peor momento.

Dos caídas -que casi fueron tres, porque pudo salvar una con aterrizaje desprolijo luego de triple axel- le costaron muy caro a Valieva, quien estuvo lejos de brillar en el programa libre que cerró la prueba individual de la cita olímpica. La nacida en Kazán, que llegaba como líder con 82,16 tras el programa corto del martes, recibió un puntaje de 141.93 unidades, para un total de 224,09, y quedó cuarta. Y ni bien completó su participación, rompió en llanto.

Al podio se subieron sus compatriotas Anna Shcherbakova (oro con 255,95) y Alexandra Trusova (plata con 251,73) y la japonesa Kaori Sakamoto (bronce con 233,13).

Los ojos del mundo estaban puestos sobre Valieva, quien pudo presentarse en la prueba individual de Beijing a pesar de su positivo, luego de que el TAS celebrara una audiencia de emergencia el lunes, se pronunciara en contra de su suspensión provisoria y le diera el OK para seguir compitiendo. El argumento del tribunal fue que, al ser menor de edad, es “una persona protegida” por los reglamentos del COI y de la AMA y está sujeta a normas diferentes que un deportista adulto.

“El comité consideró que impedir que compitiera le causaría un daño irreparable en estas circunstancias”, indicó el director general del TAS, Matthieu Reeb.

Igual, el daño no se pudo evitar. Porque este jueves, Valieva estuvo desconocida sobre el hielo. Fue la última en salir a competir en una final que tuvo 25 patinadoras en lugar del 24, ya que el COI decidió incluir una más de manera preventiva, para que la presencia de la rusa (que podría ser suspendida más adelante) no dejara afuera de esa instancia a otra atleta. Antes, habían pasado sus dos compatriotas, con presentaciones casi perfectas, que no hicieron más que aumentar la presión, y la japonesa. Todo dependía de ella.

Valieva sufrió dos caídas y cometió muchos errores durante su presentación en el programa libre. Foto REUTERS/Evgenia Novozhenina

Vestida de rojo y negro, intentó concentrarse en su rutina, al ritmo del Bolero de Ravel, pero cometió errores y mostró una falta de estabilidad y fluidez en sus movimientos poco frecuentes en ella. Y sufrió dos caídas que terminaron de sentenciar la historia.

Lo sabía Valieva ni bien completó la rutina. Porque, con el rostro compungido, hizo un gesto con el puño que pareció lanzar al aire toda su bronca y su decepción. Y cuando escuchó el aplauso de los presentes que bajó desde las tribunas, volvió a quebrarse. Se llevó las manos al rostro y lloró. Una imagen que recordó al cierre de su rutina corta del martes, en el que también había cometido algunos fallos y se había caído una vez.

El puntaje de los jueces confirmó lo que ya era una realidad. Valieva se quedaba afuera del podio, a pesar de la ventaja de casi dos puntos con la que había arrancado la jornada.

Inconsolable, Valieva se quebró tras completar su rutina y tras conocer su puntaje final. Foto EFE/EPA/SALVATORE DI NOLFI

La niña prodigio del patinaje artístico, que parecía imbatible en el hielo, se terminó derrumbando por la presión y el estrés emocional que vivió en los últimos días, tras haber quedado en el centro de un escándalo de doping que superó lo meramente deportivo. 

Valieva había debutado a lo grande en Beijing, el lunes 7, cuando ganó el oro en la competición por equipos, en la que realizó un inédito salto cuádruple. Un día después se conoció el resultado positivo de un control que se le efectuó el 25 de diciembre en su país. La agencia antidopaje rusa (RUSADA) no notificó al laboratorio de Estocolmo, que analizó la muestra, que el control tenía carácter prioritario, por lo que el resultado se conoció ya en pleno Juegos y cuando la implicada había ganado ya una medalla.

La patinadora fue suspendida provisionalmente, pero luego se levantó su sanción. Y tras el reclamo del COI y de la AMA, el TAS dictaminó que podía seguir en la competición. En tanto, el COI y la RUSADA apuntaron, cada uno por su lado, a su entorno y llamaron a investigar a sus médicos y entrenadores. 

Su defensa alega que la sustancia prohibida que se halló en su orina, la trimetazidina, procede de la contaminación accidental con un medicamento con el que su abuelo se trata la angina de pecho. Aunque el miércoles se conoció que su muestra contenía además hipoxeno y L-carnatina, otras drogas para tratar problemas cardíacos que no están prohibidas y que pusieron en duda ese argumento.

Habrá que esperar ahora el análisis de su muestra “B” y el cierre de la investigación para saber si la rusa recibirá una sanción definitiva. Pero más allá de lo que ocurra más adelante, nada le hará olvidar a Valieva la pesadilla que vivió en Beijing. Culpable o no, su carrera quedará para siempre marcada por lo que ocurrió en esta cita olímpica.

El drama detrás del drama

Kamila Valieva no fue la única patinadora que se despidió entre lágrimas de los Juegos Olímpicos de Beijing. Su compatriota Alexandra Trusova también rompió en llanto tras recibir la puntuación de su rutina libre (177,13 unidades), que le sirvieron para ganar la medalla de plata. Pero contrario a lo que se podría pensar, no fue un llanto de alegría el que mostró la flamante subcampeona olímpica, que terminó muy enojada por no haber llegado al primer lugar del podio y hasta aseguró que no volvería a patinar.

“¡Todas tienen una medalla de oro! ¡Todas lo han conseguido! ¡Pero yo no! ¡Odio el patinaje artístico! ¡Lo odio! ¡Nunca volveré a pisar el hielo! ¡Nunca!”, se escuchó decir, según los medios rusos, a una Trusova muy alterada, en un video que se hizo viral en las redes.

La atleta de 17 años había tenido una actuación impecable en el hielo, en la que aterrizó sin problemas cinco cuádruples en un mismo ejercicio. Pero eso no le alcanzó para superar en la clasificación a Anna Shcherbakova.

La frustración de Trusova no fue causada solo por lo que ocurrió en Beijing. Tras ser dos veces campeona mundial junior, la nacida en Riazán comenzó a competir en la categoría senior en 2020 y desde entonces nunca pudo ganar un título: fue bronce mundial en 2021, dos veces tercera a nivel europeo (2020 y 2022) y ahora plata olímpica en Beijing.

Trusova, Shcherbakova y Sakamoto, el podio del patinaje artístico femenino de Beijing. Foto Anne-Christine POUJOULAT / AFP

La rusa finalmente se calmó y terminó colgándose su medalla en la ceremonia de premiación, que finalmente se celebró como estaba planeado (el COI había avisado que no se haría si Valieva ganaba una presea). ¿Cumplirá su promesa de abandonar el deporte o irá por la revancha?

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