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Botafogo cumple 50 años con el blues y después de un infarto vuelve con una canción de Luis Aguilé

Para el guitarrista y compositor Miguel “Botafogo” Vilanova, la presentación de su disco Hereje tiene una especial significación por varios aspectos: cumple 50 años como músico profesional y, además este trabajo número 20 en su discografía es su primer álbum después de haber atravesado un infarto.

Don Vilanova es uno de los grandes guitarristas del blues y el rock, artista comprometido con su música, crítico con el sistema y defensor a ultranza del medio ambiente. “No quiero hacer negocios con Monsanto y seguir envenenando nuestros campos”, canta en No quiero.

Don Miguel “Botafogo” Vilanova. Foto: Emmanuel Fernández

Botafogo se presentará este jueves 9 de febrero, a las 20.30, en el Café Berlín con una banda en la que estará el guitarrista y ex Memphis Lucas Sedler como invitado especial.

Del infarto al disco

A fines de 2019, el bluesman sufrió un infarto que requirió una intervención quirúrgica en la que le colocaron dos stent después de haber estado casi dos días con síntomas.

Después llegó la cuarentena y la posibilidad de descanso obligado le permitió trabajar en un puñado de composiciones. “Durante esos meses en los que estuvimos encerrados compuse 10 temas que son el núcleo de este nuevo disco”, señaló el artista a Clarín.

-¿Cómo fue la situación de salud que viviste?

-Comencé a sentirme “raro” poco antes de salir de mi casa para participar de un streaming por un aniversario de Pappo, organizado por Luciano Napolitano, su hijo. Me tomé una aspirina y los síntomas se me pasaron. Para los médicos hice el streaming infartado.

Al otro día, al levantarme seguí sintiendo una sensación muy extraña y Alejandra, mi novia, me llevó a la Clínica Adventista que es la que me corresponde por Sadaic, en la que me salvaron la vida. Me intervinieron y me colocaron un par de stent.

-Al margen, ¿no estaba preso Luciano Napolitano?

-Estaba con tobillera electrónica y con autorización para hacer el streaming.

Botafogo es uno de los grandes guitarristas de blues y rock de la Argentina. Ahora tiene disco nuevo, “Hereje”. Foto: Emmanuel Fernández

-¿Cambiaste algo después de esa afección?

-Cambiaron algunas cosas, pero no muchas, por ejemplo, dejé de ir al gimnasio donde hacía fierros. Ya no puedo hacer ese tipo de esfuerzo, pero tengo una vida normal, ando en bicicleta y en líneas generales me siento bien.

-¿Y por dentro?

-Nunca fui una persona que haya dejado de considerar la muerte como una compañera de viaje y no me asusté, estaba tranquilo. Tomé más conciencia de lo frágil que es todo, pero en directo. Uno se siente omnipotente y no es así. Pero no cambió mucho mi forma de vivir.

-¿Tu nuevo  disco “Hereje” es posterior a todo esto que viviste?

-Salvo dos temas, que ya estaban grabados, todo es posterior a mí infarto. Es un disco que abarca diferentes aspectos de mi vida. Cuando comenzó a pasar la pandemia fui al estudio y empecé a trabajar con diez temas que había compuesto durante esos meses. Le pedí a mi hijo, Andrés Vilanova, que le fuera poniendo baterías y así comenzó a tomar forma.

El nuevo álbum

El disco, lanzado en noviembre de 2022, abre con Al ritmo del amor, un funky en el que cuenta esta historia. “Se ve que había alguna cosa guardada que en algún momento tenía que explotar”, añade el artista, que acaba de cumplir 67 años.

La tapa del nuevo álbum de Don Vilanova Botafogo.

“Una pena escondida en el corazón/ de repente un día se desató/ Una pebeta luminosa como el sol/ lo tomó en sus manos y lo curó/ Ahora mi corazón latiendo al ritmo del amor”, canta Botafogo en Al ritmo del amor, un poderoso funk con arreglos de vientos de Santiago Castellani.

“También hay otro tema, Brisa de amor, dedicado a Alejandra -creo que no estaría aquí si no hubiese sido por ella- y en la que los teclados los toca mi sobrino Franco Lombardi”, comentó el músico.

Por lo general, en estos difíciles trances la referencia a Dios es casi insalvable. “En Al ritmo del amor me refiero a Él, cuándo afirmo que el director de orquesta me dio una vuelta más”, comenta el artista que se siente satisfecho, además, por la participación de algunos artistas invitados para este disco pues encajan perfectamente en el concepto de este trabajo discográfico.

“Los músicos que participan están invitados por las características de su estilo y la calidad de sus voces. Por ejemplo, cuando estuve en el programa de Lito Vitale hablé con él para ver si quería tocar en Hereje y le puso teclados a Chump Changes, uno de los pocos temas instrumentales del disco”, señaló.

Y sigue: “Cuando visité a Javier Calamaro en su programa lo invité a cantar conmigo en Ovejas negras, un tema que creo que se adapta idealmente al timbre de su voz”, comentó el músico.

“Con Piti Fernández al que conocí personalmente durante el festejo de los 30 años de La Mississippi, en el Luna Park; después me lo encontré en aquel streaming dedicado a Pappo y nos acercó una relación de respeto mutuo. Le pedí si quería cantar Nacimos hermanos, una composición que apunta veladamente al nuevo orden mundial y la resistencia que provoca”, dijo el músico.

 ¿Por qué le pusiste “Hereje”?

-Tiene que ver con uno de los temas del disco, Sr. Presidente, una canción poco conocida porque estuvo prohibida en algunos países y que fue escrita por el cantautor Luis Aguilé, un artista siempre asociado a las tardes de Canal 9 y programas pasatistas.

Sin embargo, escribió una letra excelente dedicada a un presidente. Es de los años ’90 y cuando la conocí me dije: la quiero cantar y le puse un blues como base y calzó de manera perfecta, está muy bien escrita. Para alguien que toca blues puede parecer una herejía hacer un tema de Luis Aguilé, pero es excelente.

Se perdió el romanticismo

Cincuenta años atrás, Miguel Vilanova debutó profesionalmente como bajista de Pappo en unos shows en Uruguay; donde se estableció un estrecho vínculo de amistad que trascendió la música, aunque siempre estuvo en primer lugar, que se mantuvo a lo largo del tiempo y sólo la muerte del guitarrista, en febrero de 2005, quebró.

-Con cincuenta años de carrera, ¿cómo era la escena del rock y el blues en tus comienzos y cómo está hoy?

-Creo que está mucho más sólida que 50 años atrás, hay una variedad importante de géneros que tienen su público y muy buenas bandas en cada uno de ellos, pero se perdió el romanticismo que existía cuando empecé mi carrera profesional.

Miguel Botafogo, autoapodado Don Vilanova en los últimos tiempos. Foto: Emmanuel Fernández

“La escena era distinta”

“Cuando arranqué en 1973, la escena era muy distinta. Bastante pequeña, con poca información, recuerdo que estaba la revista Pelo y después El Expreso Imaginario y pocos teatros para tocar. En esa época, hacíamos unos cuantos afiches, los pegábamos en Cabildo y Juramento, en Pacífico y algo en el centro, y el teatro casi se llenaba, pero la información importante se hacía de boca en boca”, contó Vilanova.

Su primera grabación fue un simple con Avalancha, en 1975. “Terminó prohibido por la letra del tema La rusa, añadió.

Durante la dictadura me fui a España donde me encontré con una escena mucho más profesional, con mucha más producción, donde las bandas tenían su manager, grababan. Al volver en 1985 comencé con el proyecto Durazno de Gala y encontré que había más música, más bandas, más músicos y nuevos lugares. Se vivía una primavera democrática y había más acceso a grabar, aunque en sellos independientes con los eternos problemas de distribución. Tuve la fortuna de ser amigo de Pappo que me llevaba a tocar con él y eso me daba más espacio como músico”, recordó el artista.

“Después se produjo en los ’90 el boom del blues que nos dio un importante respaldo. En ese momento había grupos que fortalecen la escena como Memphis, estaba surgiendo La Mississippi, estaban las Blacanblus, los Yaría Brothers, nosotros con Durazno y como siempre Pappo, padre del blues en la Argentina. Recordemos que tocó primero de telonero de B.B. King y después, para que quede claro su lugar en la escena, lo invitó a su show en el Madison Square Garden”, dijo el guitarrista.

Para Vilanova, esa década fue clave en algunos aspectos artísticas: “Creo que durante los años ’90 se afirmó con mucha solidez la música en general; muy buenas bandas de todos los estilos, heavy metal, reggae, jazz, tango, folklore; en todos los géneros surgieron expresiones muy buenas, con músicos de gran nivel. Se produjo un verdadero florecimiento que el público acompañó y que se mantuvo en el tiempo”.

“Te doy un ejemplo: las últimas dos veces que vino Eric Clapton a Sudamérica fui su telonero en Chile. La primera, en 2003 ó 2004 se hizo en el tristemente célebre Estadio Nacional con un vip de 1500 personas que estaba lleno y no mucha gente más. En 2011 vuelve y fui soporte y tuvieron que cambiar el estadio por un lugar de 10 mil personas que tampoco llenó. En esas fechas tocó en River con llenos totales. La gente en este país es un público maravilloso”, concluye Botafogo.

Información: Miguel Botafogo Vilanova y Banda se presentará el jueves 9 de febrero, a las 20.30, en el Café Berlín, Av. San Martín 6656. Entradas $2000 por Livepass.com

MFB

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