Si por algo se va a recordar a Esteban Bullrich es por la entereza que demostró en su entrega a la actividad política junto con su compromiso por poner a la luz que es posible el diálogo y el trabajo constructivo entre oficialismo y oposición a pesar de la “grieta”.
Y lo hizo hasta su último día como senador nacional, donde le dedicó un emotivo agradecimiento, entre otras personas, a “Luchy” Alonso, la secretaria administrativa de la Cámara Alta, que es una férrea militante de La Cámpora y muy cercana a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
“Quiero agradecer a todos los que han sido parte de este camino: a los senadores, a mi bloque (…) y a nuestra secretaria parlamentaria, María Luz “Luchy” Alonso y a todo su equipo que siempre han estado pendientes de mis necesidades“. Con esas palabras, el hasta ayer integrante del bloque PRO le agradeció a la funcionaria administrativa que lo miraba desde el estrado, sentada inmediatamente al lado de Cristina.
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Al menos ahí, “Luchy” es la mano derecha de la vicepresidenta, quién le dio su confianza para articular el funcionamiento del cuerpo y ejecutar sus decisiones en la Cámara Alta. Incluso, en la previa a la última campaña electoral, su jefa política le dio el visto bueno para que sea segunda candidata a senadora por La Pampa para, de ese modo, pasar al otro lado del estrado y ser una figura estratégica en la articulación de una Cámara en la que el poder oficialista ya se veía en riesgo.
Sin embargo, el desempeño electoral del Frente de Todos en La Pampa fue negativo y las dos primeras bancas quedaron en manos de Juntos por el Cambio: entraron Daniel Kroneberger y María Victoria Huala, mientras que por el oficialismo sólo lo logró hacer Pablo Daniel Bensusán. “Luchy” quedó afuera y seguirá sentada al lado de Cristina.
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La secretaria administrativa del Senado no sólo fue reconocida en su trabajo y apoyo por parte de Bullrich sino que también por otros senadores y senadoras del oficialismo y de la oposición, como el caso de las salientes Silvia Elías de Pérez, Laura Rodríguez Machado (PRO) y Juan Carlos Marino (UCR), quién hasta sostuvo que “estamos todos enamorados de ‘Luchy’ Alonso hoy porque todos le agradecemos. Es una gran amiga, buena persona y buena gente”.
“Fue diputada hasta el 2019 y asumió como secretaria administrativa del Senado. Con nosotros tuvo una relación correcta y respetuosa. Su trato fue ecuánime y además entiende de política. Hasta ahora su gestión también fue eficiente en las áreas a su cargo”, le dijo a PERFIL Humberto Schiavoni, jefe del bloque PRO en el Senado.
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A sus 37 años y con el título de economista bajo el brazo, hace más de una década que Alonso comenzó su militancia política a partir de los puentes que tendió mientras trabajaba en un barrio popular. “Mientras estudiaba y trabajaba en un supermercado, para despuntar el vicio los fines de semana daba clases de apoyo escolar en el comedor de una villa, donde conocí a un montón de compañeros y compañeras con los que sigo atravesando la vida política“, dijo al diario La Arena en una de las pocas entrevistas que dio en el último tiempo.
Una de las “compañeras” de la que habla es otra de las mujeres de confianza de la vicepresidenta. Se trata de Mayra Mendoza, la intendenta de Quilmes con quién la une, además de la militancia, un fuerte vínculo amistoso. Con ella, con la senadora Juliana Di Tullio y la mendocina Anabel Fernández Sagasti integran un núcleo por demás halagado por la vicepresidenta.
Según contó “Luchy”, en el 2009, apenas recibida, Mendoza la llamó porque necesitaban una economista junior en Casa Rosada. Ese fue su inicio en la gestión pública y la catapulta para luego ser diputada nacional por La Pampa en el Frente para la Victoria. Eso significó su entrada al Congreso, un ámbito que conoce porque luego trabajó como secretaria de Coordinación Operativa.
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Fue diputada durante poco tiempo hasta que el destino la llevó a sentarse al lado de la vicepresidenta. Como secretaria administrativa del Senado, una de las primeras tareas que tuvo fue analizar la gestión anterior, a cargo de la ex vicepresidenta Gabriela Michetti. Luego, con el comienzo de la pandemia, fue una de las encargadas de articular el funcionamiento virtual del Senado mientras en paralelo gestionaba parte de la caja económica.
Además de su trabajo técnico y político, supo tender lazos con los trabajadores y trabajadoras y fue una de las artífices del acuerdo gremial que concluyó con un acuerdo por la suba de 40% en los sueldos legislativos.
as / ds
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