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Qué hago acá, diario de viaje del Mundial, día 3: el Metro, el mejor aliado para derrotar por un ratito a los dos peores enemigos

Son 76 kilómetros bajo tierra y a puro lujo que permiten evitar el tránsito y escaparse del calor.

15/11/2022 18:59

Actualizado al 15/11/2022 18:59

En esta nota, escrita desde Doha, no se va a hablar de las altas temperaturas ni de las arrevesadas autopistas que abrasan y abrazan la ciudad -ya empieza el Mundial y en breve me dejo de robar con esto- . Pero sí de una estrategia, al menos por un ratito, para no padecer con el calor ni con el tránsito. Señores, con ustedes, el Metro. Bah, el viejo y querido subterráneo. Ese medio de transporte que nos remite inequívocamente a nuestras rutinarias idas y vueltas dentro de la ahora lejana Ciudad de Buenos Aires.

Sin embargo, estimado lector, más allá de que los vagones acá también viajan bajo tierra, tienen puertas que se abren solas, asientos y caños, la experiencia de viajar en el Metro dohano poco se asemeja con las horas de inframundo acumuladas en todas nuestras vidas.

Entrar a una estación de subte en Doha es como entrar en un hotel cinco estrellas. O un cuatro estrellas con pretensiones. ¿Funcionan las escaleras mecánicas? Sí. Y también son inteligentes. Bah, no saben cuánto es dos más dos, pero si se detienen cuando no hay usuarios sobre la cinta. ¿Funcionan los ascensores? Sí. Y la gente no se empuja para entrar.

¿Viaja gente parada? Sí, viaja gente parada. Pero la mayoría viaja cómodamente sentado en unos asientos de pana con una distribución irregular y no hay amontonamientos porque los coches salen con una frecuencia cercana a los dos minutos. Viajar pegados no es viajar en la capital de Qatar.

Una mujer baja por las escaleras de una estación del Metro de Doha. Foto: AFP

¿Es caro viajar en el Metro dohano? Sale 55 centavos de dólar, el equivalente a cambio oficial a 89 pesos, poco más que el doble que en Buenos Aires en el cambio del mercado oficial. Porque si vamos al Dólar Qatar la cuenta se elevaría a unos 170 pesitos. Por lo que, comparando con los ingresos medios de un periodista, no sería nada barato darse el lujo de viajar en este magnífico medio de transporte. Lo bueno: los acreditados por FIFA, además de tener el privilegio de cubrir el Mundial en vivo y en directo, no pagan su boleto. Tampoco aquellos que tienen la Hayya Card. 

¿Por qué magnífico? Porque es silencioso, porque conecta a todos los estadios de este Mundial y a buena parte de los puntos neurálgicos de la ciudad. Y eso que hasta el momento sólo hay 37 estaciones y tres líneas de subte.

La Roja, que recorre 40 kilómetros, tiene 18 paradas y une Lusail hasta Al Wakra, como si fuera de norte a sur. La Verde, de 22 kilómetros y 11 escalas, que va de Al Riffa a Al Mansoura, y la Dorada, con 11 estaciones repartidas en 14 kilómetros entre Al Azizyah y Ras Bu Aboud. No les dicen mucho las ciudades. Pero una es conocida como la Costera, la otra es llamada la Educativa y la última es tomada como la Histórica.

El Mundial, presente en el Metro de Doha, Qatar. REUTERS/John Sibley

Lo más curioso es que esos 76 kilómetros se construyeron a partir de 2009. Recién entonces el proyecto se puso en marcha. Arrancaron casi un siglo después que en Buenos Aires y en una década perforaron 20 kilómetros más. Y todavía falta la línea azul, que verá la luz -en realidad nunca la verá, salvo la artificial- en 2027 con 17,5 kilómetros y 14 estaciones que unirán, entre otros lugares, al otro aeropuerto de la ciudad.

Se insiste: ¿por qué magnífico? Porque llegás rápido, sin calor y sin tener que convertirte en esclavo del GPS. Y no es chauvinismo a la inversa.

Estación del Metro, en Doha. (Photo by Giuseppe CACACE / AFP)

¿Algo malo? Claro… Si nacimos para criticar lo ajeno. En eso ya somos campeones del mundo. Vitalicios. Sin embargo, a ciencia cierta, hay destinos que son difíciles de unir y muchas veces el auto es un mal necesario porque acorta significativamente los tiempos y las distancias en una cobertura que tiene a los enviados especiales de punta a punta y sin parar de buscar historias con seis horas de desventaja.

PD: Les prometí que no iba a hablar de esos temas, pero son el denominador común, por estas tierras, antes de que la pelota empiece a rodar… O al menos hasta que llegue Messi y su fabulosa Scaloneta desde Abu Dhabi.

Doha, Qatar. Enviado especial.

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