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La construcción vaticina un 2023 con caída de la actividad y poca obra pública

Es el resultado de una encuesta del Grupo Construya. Señalan que la actividad se sostendrá por las obras privadas.

En el sector de la Construcción, sobrevuela cierto pesimismo frente a la performance que pueda tener la actividad durante el 2023, según una encuesta privada en la que el 80% de quienes fueron consultados mostró cautela de cara al año próximo. Además, señalan que el nivel de actividad se va a sostener gracias a las obras privadas.

A diferencia de ediciones anteriores, en la 21ª edición del Estudio de Opinión Construya, el 16% de los participantes opinó que la actividad aumentará durante 2023, lo que representa una disminución de cinco puntos respecto de la anterior. En tanto, se mantuvo el  porcentaje de la gente que opinó que la actividad mantendrá su nivel el año próximo (37%). Y aumentó 10 puntos, la porción de quienes tienen una expectativa pesimista y piensan que la actividad disminuirá: conformaron el 45% de los participantes.

Visto por regiones, la cantidad de entrevistados que esperan un menor nivel de actividad y que se mantenga en los próximos doce meses fueron similares en todas ellas. En tanto, aquellos que realizan operaciones en Patagonia, NOA y NEA fueron los más optimistas sobre el futuro, con apenas el 32%, 22% y 17% del total, respectivamente. Le siguieron el Centro con el 16% y Buenos Aires con el 14%. Último se ubicó Cuyo, donde sólo el 13% consideró que su actividad mejorará en un año.

Analizando por sector, entre las empresas constructoras, inmobiliarias y maestros mayores de obra se registraron las respuestas positivas más elevadas, todas ellas con el 23% del total de cada actividad. Le siguieron en orden los desarrolladores con un 20%, los arquitectos e ingenieros con el 17%y 10% los distribuidores de materiales.

De hecho, las distribuidoras de materiales fueron las más pesimistas dado que el 59% manifestó que su actividad decrecerá en los próximos doce meses. Fueron seguidas por los maestros mayores de obra, entre los cuales 52% informó que espera una contracción. Detrás se ubicaron los desarrolladores (41%), las constructoras (38%), ingenieros (37%), arquitectos (37%) e inmobiliarias (37%).

Consultados sobre qué segmento impulsa actualmente la demanda de su negocio, la gran mayoría de las respuestas se inclinaron por el sector privado.

Según el 56% de los encuestados, son las obras privadas nuevas, medianas y pequeñas las que empujan hacia adelante la actividad de casi todos los eslabones de la cadena. Incluso, este tipo de obras privadas fueron las más relevantes en todas las regiones.

En segundo lugar, se mantuvieron las refacciones y ampliaciones (25%). Por su parte, las obras privadas grandes fueron seleccionadas por 10% del total. Las obras públicas (viviendas, escuelas, hospitales, etc.) solamente representan al 9% restante.

Al analizar cuáles son los facilitadores y las dificultades para el desarrollo de la actividad, hubo una amplia mayoría que argumentó que la construcción es un refugio de valor. Mientras que, la disminución del precio del metro cuadrado en dólares –el segundo facilitador para inmobiliarias, desarrolladores e ingenieros– volvió a perder relevancia al ser elegido por el 17%.

Al evaluar los resultados de la encuesta respecto de la anterior, se hizo evidente que, a nivel nacional, no solo aumentó la proporción de encuestados que vieron caer su actividad (de 36% a 40%); también, disminuyeron 2 puntos las respuestas de aquellos que observaron su actividad crecer en el último año y de aquellos que la mantuvieron (21% y 37%, respectivamente).

En los últimos tiempos, el sector, renovó sus expectativas de mejorar la actividad a  partir de la implementación del blanqueo de capitales destinados a reactivar las obras. Sin embargo, esta semana ya finaliza la primera etapa, en la que rige la alícuota más baja para “sincerar” los fondos. Y hasta ahora, datos parciales de la AFIP indican que ingresaron, por este concepto, bastante menos de lo esperado: unos $7.500 millones de pesos o US$ 40 millones.

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