Su gol ante Lanús, a 10 minutos del final, dejó a la Academia como líder por primera vez en el torneo, en la penúltima fecha. Lleva 21 gritos en 2022.
No podía ser otro el goleador de la tarde noche en la Fortaleza. Estaba cerrado el partido, Racing no encontraba la manera de inquietar al arquero Guillermo De Amores y sumaba dudas, que se convertían en desesperación. El empate parecía inevitable. Todo hasta que Enzo Copetti, el hombre de la Academia en la temporada, dibujó una diagonal del centro a derecha y fue a buscar un pase justo de Matías Rojas. Corrió con optimismo el delantero y definió al primer palo, casi cuando la pelota se perdía por la línea final, algo forzado. Fue flojo el achique de De Amores, es cierto, pero la ejecución fue exacta. Gol y punta; gol y presión para Boca; gol y el sueño más vivo que nunca.
Si la semana pasada Copetti había declarado “vamos a ser campeones”, esta vez lo reafirmó no solo con las palabras sino con los actos. Con ese festejo que puede quedar en la historia grande del elenco de Avellaneda.
Y no habló inmediatamente después del triunfo Copetti porque sus dichos de la semana pasada no cayeron bien puertas para adentro. En el vestuario, los referentes le tiraron de la oreja por aquella declaración rimbombante, lejana al perfil bajo que pregonan desde el cuerpo técnico y el plantel. Tal vez por eso el atacante no aceptó las preguntas del cronista de la cadena de televisión que transmitió el juego.
Si el ciclo de Copetti en Racing es bueno, el año calendario es brillante. El goleador de 26 años acumula 21 goles y 6 asistencias en 46 juegos en 2022. En este torneo suma 11 gritos y quedó a 6 del líder goleador Mateo Retegui, de Tigre. Más: convirtió en 4 de los últimos 5 partidos, esos que suelen ser los más pesados.
Sigue en crecimiento el juego de Copetti y su techo parece aún estar lejos. Lejanas quedaron las críticas que recibió a fines del año pasado. Trabajó y trabajó el nacido en Chaco y los frutos llegaron. Es posible que sea el atacante más insoportable del fútbol argentino porque va a todas las pelotas -así forzó el error de Lampe ante Atlético Tucumán- y porque suele hacer amonestar a todos los centrales rivales.