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La ropa: la mala de la película en materia de inflación

Los precios de la ropa y el calzado vienen en una espiral ascendente y la distorsión cada vez es mayor respecto de otros bienes y consumos, también sujetos a la inercia inflacionaria. Mucho más si se los compara con la evolución de los salarios. 

En´el último Índice de Precios al Consumidor (IPC) que dio a conocer el miércoles el INDEC, la indumentaria y el calzado mostraron una suba del 9,9% en agosto, la más alta de todos los rubros que componen el indicador oficial.

Sin embargo, el aumento no se circunscribe al mes pasado -ni es producto estrictamente del cambio de temporada-, ya que en un año al aumento llegó al 109%, es decir, subió más del doble.

Teniendo en cuenta la variación de los precios de las blusas, camisas, pantalones, zapatos y demás, en GBA, en un año la suba promedió el 111,7%. Dentro de este porcentaje, las prendas de vestir y los materiales aumentaron 116,1% en el último año (hasta agosto) y el calzado, por su parte, lo hizo en 98,2%, según los datos oficiales.

¿Por qué razón los precios se aceleraron de esta manera a pesar de que el rubro textil se supone que está “protegido” por la política económica actual frente a las importaciones?

Para que quedé registrado

Nosotros hacemos hilado

Es el 2% del precio de la ropa

20% o más son alquileres

Nosotros no hacemos ropa

Pero cansados de q nos culpen de ello comenzamos a confeccionar y seremos la empresa más grande del sector

Llámenme o cúlpenme dentro de dos años pic.twitter.com/F3knESBpfD

— Teddy Karagozian (@TeddyKara) September 14, 2022

Fuentes vinculadas al sector justifican las subas por el aumento del dólar en el último año (que encarece las materias primas importadas) y también al alza que tuvo la fibra de algodón en el mismo lapso.

Entre agosto de 2021 y agosto de este año, el precio internacional por kilo del algodón pasó de US$ 1,79 a US$ 2,27. “Y el resto de los costos subieron también en una proporción similar”, señalan.

Pero también, hay otras situaciones que influyen en las subas desmesuradas de los valores, como las tasas de interés. 

Si bien para los planes Ahora 12 el Gobierno estipuló tasas de interés crecientes para las compras con tarjeta de crédito, según el número de cuotas que se usen (por ejemplo, para  3 cuotas, 7,06%; para 6 cuotas, 13,3% y en 12 cuotas 18,74%), muchos comerciantes prefieren cargar ese interés en el precio final y ofrecer a los clientes las tentadoras cuotas “sin interés”.

Por otro lado, las restricciones que existen a las importaciones permite a los fabricantes locales aumentar más los precios ante la falta de competencia. No obstante, según datos de la Cámara de la Indumentaria, las importaciones en dólares de prendas de vestir para el período enero-julio de 2022 se incrementaron 50,3% respecto al mismo período de 2021.

La polémica por los aumentos de precios de la ropa que recrudece cada vez que se conoce el dato de la inflación, también se trasladó a las redes sociales.

Las alusiones a los aumentos desmedidos del rubro fueron desde los usuarios -que se lamentan de que “hay que empezar a remendar y usar ropa vieja, porque no tienen explicación los precios altísimos”-, hasta los insultos a los empresarios vinculados a la industria nacional, como Teddy Karagozian, director ejecutivo de TN&PLATEX

Ante los cuestionamientos de los tuiteros sobre los excesivos aumentos, Karagozian respondió: “Nosotros hacemos hilado. Es el 2% del precio de la ropa 20% o más son alquileres. Nosotros no hacemos ropa. Pero cansados de que nos culpen de ello, comenzamos a confeccionar y seremos la empresa más grande del sector. Llámenme o cúlpenme dentro de dos años”, tuiteó.

Mano de obra y “demanda infernal”

Silvana Dal Lago, titular de empresa rosarina de indumentaria Sonder, dijo en declaraciones a la radio Cadena 3 que “la falta de insumos importados y de mano de obra” explican el aumento de indumentaria. 

“Los mayores aumentos se dan en las materias primas y los proveedores tienen dificultades de hacerse de insumos importados como poliéster o lycra. Por lo tanto, cuando los consiguen aumentan su precio”, dijo Dal Lago, y advirtió que, de esta manera, “hacen valer mucho lo que tienen porque no saben cuándo vuelven a tener esos insumos”. “Es grosero el aumento constante que tenemos”, agregó.

Otro problema es la mano de obra, según la empresaria rosarina.“Hay muy poca gente peruana, boliviana y paraguaya trabajando en la Argentina” y ésta fue una de las causas que afecta al sector y que se profundizó luego de la pandemia. “Porque ya no les conviene venir a trabajar a Argentina porque no les alcanza para mantener a sus familias en su país” dijo.

En este contexto, según Lago, “una cosa buena que está pasando es que lo que producimos, vendemos todo lo que hacemos” y según analiza es “gracias a la no importación de prendas terminadas y por esto tenemos una demanda infernal y vendemos todo”, señaló.

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