El intérprete se consolidó como uno de los mejores de la historia de la disciplina y, al arribar a los Estados Unidos, su fama de rudo lo catapultó al estrellato dentro del séptimo arte.
El actor estadounidense Arnold Schwarzenegger, de origen austríaco, se transformó en uno de los actores más prolíficos en el mundo de Hollywood. Su fama como intérprete, carrera que emprendió después de consagrarse como físicoculturista, también le allanó el camino para construir su figura dentro de la política nacional bajo el ala del Partido Republicano. El hombre detrás de Terminator cumple 75 años.
Arnold Schwarzenegger: los inicios de un mito
Arnold Schwarzenegger, quien nació el 30 de julio de 1947, creció en el seno de una familia ultra católica y solía asistir a misa todos los domingos, pero su pasión por el deporte lo llevó a decantarse por una actividad que sus progenitores miraban de reojo.
El primer gran acto disruptivo de su vida fue a los quince años: en lugar de escoger el fútbol, el boxeo o el atletismo, tres de las disciplinas que supo realizar, decidió que quería ser “el hombre más fuerte del mundo”.
“Empecé el entrenamiento con pesas a la edad, pero ya estaba bastante bien desarrollado, o al menos lo suficiente para poder comenzar con halterofilia. Me formé mi propio plan, porque mi padre quería que fuera un policía como él y mi madre quería que estudiara formación profesional”, señaló el oriundo de la ciudad de Graz años después.
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Los títulos llegaron a la par de su profesionalismo y su apego a las prácticas constantes, apadrinado por grandes leyendas del culturismo como Reg Park o Steve Reeves. El actor conquistó el trofeo de Mr. Europa Junior y, en 1968, emigró a Estados Unidos, una determinación que sería clave para su vida.
Arnold fue presentado en Norteamérica como “El roble austríaco” y, fiel a su mote, no pudo ser derribado por ninguno de sus contrincantes: se quedó con los trofeos de Mr. Mundo, Mr. Universo –en cinco ocasiones- y Mr. Olimpia –en siete oportunidades-.
Sin embargo, decidió retirarse en 1980, cuando las grandes productoras de cine ya habían tocado su puerta. Su corto período, de todas formas, le alcanzó para ser reconocido como uno de los personajes más importantes de la historia de la disciplina.
Arnold Schwarzenegger: del campeonato mundial a estrella de cine
A su vez, el intérprete logró invertir todo el dinero ganado en los torneos y los beneficios de la compañía de correo privado en bienes raíces, por lo que, a sus 25 años, ya era multimillonario. Incluso, en 1970 incursionó en el séptimo arte bajo el seudónimo “Arnold Strong”; de todos modos, recién pudo hacerse conocido a nivel mundial llevando a cabo el papel de sí mismo en el documental Pumping Iron.
Finalmente, el rol que catapultó a Schwarzenegger al estrellato fue como protagonista de la icónica cinta “Conan, el Bárbaro”, que salió a la luz en 1982. Edward Pressman, uno de los productores de 20th Century Fox, encontró en el austríaco al hombre ideal para personificar al esclavo.
Aunque el film no llegara a rodarse, él recibiría 250.000 dólares de parte de la cadena. Por fuera de toda expectativa, la película fue un éxito y hasta tuvo una secuela, “Conan, el Destructor” que se estrenó dos años después.
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“Terminator” acabó siendo la frutilla del postre. La filmografía dirigida por James Cameron lo tuvo al exfísicoculturista interpretando a un androide asesino, cuya pronunciación un tanto errática y su expresión dura le dieron un toque especial a su caracterización.
Además de las ya mencionadas, el empresario se destacó en “El juicio final” (1991), “Batman y Robin” (1997) y “Daño colateral” (2001). A su vez, se quedó con el Globo de Oro a Mejor Actor Revelación, en 1997, por su papel en “Stay Hungry”.
Arnold Schwarzenegger: uno de los políticos republicanos mejor valorados
Más allá de sus dotes actorales y sus logros, a base de esfuerzo y aprendizaje, el magnate tuvo acceso a esferas influyentes dentro de la política. Su matrimonio con Maria Shriver, miembro de la familia Kennedy, motorizó esa ambición: en 2003, en el marco de un hecho histórico, fue elegido como gobernador del estado de California.
El austríaco se mantuvo en el cargo hasta 2010, gracias a que los ciudadanos le dieron la oportunidad de continuar en un segundo mandato consecutivo. A diferencia de muchos dirigentes, que sufrieron el desgaste en sus respectivas comunidades, sigue teniendo una alta imagen positiva.