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Presentó un libro, no fue nadie y dice que es su mayor éxito

Planificó la presentación de su segundo libro, pero literalmente no fue nadie. La experiencia de Helena Estrada se viralizó y tuvo una consecuencia impensada: su foto en la soledad de la firma de ejemplares alcanzó a más de 2 millones de personas en las redes sociales.

La autora, que es abogada y máster en finanzas, atravesó distintos estados anímicos. Desde la negación, frustración y pena hasta que finalmente venció el humor. Al tomar perspectiva de la situación y asumirla como parte del camino, logró derribar el sentimiento de vergüenza.

Escribió un “antiposteo” en Linkedin y se transformó en el más marketinero que tuvo.

“Estaba en un pasillo vacío del shopping, sentada en una silla del patio de comidas, con un par de libros sobre la mesa, sin que ocurriera absolutamente nada. Entonces, pensé ‘nobleza obliga’ porque esto también es parte del camino. Así que retraté lo sucedido con la cuota de humor con que lo viví. Todo fue espontáneo, nada elaborado, de hecho la imagen no tiene ningún filtro”, le cuenta a Clarín entre risas. 

Viaje de cero a un millón de personas en 24 horas

A las 24 horas, el posteo ya había alcanzado a un millón de personas y cientos de internautas lo habían compartido en sus redes. La cantidad inusual de replicaciones se multiplicaban logarítmicamente minuto a minuto.

Estrada sumó 10.000 seguidores en Instagram y 2.000 en Linkedin. La publicación de LI fue compartida por más de 25.000 personas y superó los 4.000 comentarios. En IG, tuvo 7.800 reacciones y más de 1.300 interacciones. Entre los nuevos followers hay personas de Brasil, Chile, Colombia, Nicaragua, Estados Unidos y Europa.

El libro fue una novedad y vendió muy bien. Entendemos que la difusión la ayudó”, subrayan desde El Ateneo ante la consulta de Clarín, aunque evitan brindar cifras de ventas. A raíz del episodio, que hoy es anecdótico, la escritora recibió numerosas consultas sobre dónde se podía adquirir su libro. Incluso, le preguntaban si estaba traducido a otros idiomas.

“Me sorprendió que tantas personas me siguieran, sobre todo varones, porque mis contenidos apuntan a motivar la autonomía de las mujeres, no está directamente relacionado con el tema del fracaso”, señala la autora.

Y evalúa: “Creo que muchas personas se vieron identificadas. Reconocieron en esta pequeña anécdota situaciones vividas y verlas retratadas, sin dramatización o victimización, pudo haber bajado el grado de exitismo que normalmente mostramos en las redes sociales, sobre todo en lo referido al ámbito laboral”.

–A la distancia, ¿cómo analizas la experiencia que tuviste?

–Como una verdadera paradoja. La paradoja de mostrar algo que no salió como lo tenía pensado y que, al mismo tiempo, habilitó una conversación constructiva vinculada al tipo de edición que hacemos de nuestra vida en las redes sociales, sobre todo en el ámbito laboral y profesional.

El posteo fue un catalizador de un cuestionamiento al uso de redes. Me hizo tomar más conciencia de qué exhibimos y qué no en las redes y las consecuencias de esas decisiones. Es importante reivindicar el desacierto como algo humano y parte del proceso frente a la lógica de perfección que venden las redes.

–¿Por qué consideras que la experiencia que tuviste en la presentación del libro fue tu mayor éxito?

–Jamás imaginé la repercusión que podría tener el posteo. Resultó un puntapié para otros temas más importantes que tienen que ver con el uso de las redes sociales, especialmente en el plano profesional. En plataformas más sociales, como Instagram o Facebook, mostrar una receta de cocina fallida o un tropiezo puede resultar simpático. Ahora, en Linkedin, una plataforma del plano laboral, tememos truncar nuestra reputación o la famosa “marca personal”.

Por eso, nos resulta más difícil abrir la otra mitad de nuestra trayectoria formada por “todo aquello que no sale bien”: el ascenso que no conseguimos, el premio que no nos dieron, etc. Son cosas que pasan en la vida, pero que no compartimos. De una manera inesperada, este “antiposteo” fue, por lejos, el más “marketinero” que he tenido.

–¿Cómo se puede resignificar el fracaso?

–Creo que, en realidad, se trata de darle su justa medida, es decir, no otorgarle más poder del que tiene. Tenemos muchos más intentos fallidos que aciertos, al menos en mi experiencia, con lo cual, no deberían sorprendernos y mucho menos, avergonzarnos.

Después de esta firma frustrada tuve varias presentaciones, como una en la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires, y tengo otros eventos planificados a futuro. Cada experiencia es única.

Dueña de tu dinero: el lado B del éxito

La propuesta del libro, que salió a la venta en abril de este año, fue de la editorial El Ateneo. La consigna fue trabajar sobre la motivación y convicción de las mujeres para asumir el control de sus finanzas y alcanzar la autonomía económica.

“Muchas mujeres se desentienden de este aspecto de su vida por costumbre, desconocimiento, y hasta comodidad. Pero si no nos ocupamos de nuestra economía, alguien más lo hará por nosotras. La pregunta es qué cedemos cuando dejamos nuestras finanzas en manos de otra persona, y si la respuesta no nos gusta, crear la convicción para asumir ese rol”, sintetiza Estrada.

Hay un hilo conductor entre “Dueña de tu dinero”, lo que pasó el día de la firma y su repercusión. “El libro está dedicado “a las mujeres que aman la verdad”. Por alguna razón, cuando pienso en todo lo sucedido, se me aparece la historia del rey desnudo y creo que la clave está en el divino alivio de decir y escuchar lo evidente”, reflexiona.

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