31.5 C
Santiago del Estero
HomeEspectáculosPampita abre "El hotel de los famosos"

Pampita abre “El hotel de los famosos”

Se pasea en vestido y pantuflas con la familiaridad de una huésped, pero es la anfitriona.

Carolina Pampita Ardohain podría pasar inadvertida y sin embargo, el calzado de entrecasa la delata: lleva una “H” grabada, como cada objeto que espera ver la luz en las instalaciones de El hotel de los famosos, el nuevo tanque de El Trece, que cuenta las horas para su estreno el lunes 21 de marzo, a las 22.15.

“¿Vos viste lo que es el hotel y la pileta?”, desliza la modelo y conductora del ciclo (junto a El Chino Leunis) mientras se descalza en el acto para subirse a unos tacos. “Cuando vi las fotos dije: qué lindo. Pero cuando llegué no lo podía creer. Nunca vi algo así en la televisión argentina. Un reality con semejante montaje de juegos gigantes por todos lados. ¿Cómo no voy a querer conducirlo?”, se entusiasma la capitana de un barco a punto de zarpar.

“Mi familia es mi prioridad absoluta”, dice la anfitriona del programa. Fotos Andrés D’Elia

“Me duermo y me despierto pensando en esto, no lo puedo evitar. Fue fácil tirarse a la pileta así. Porque me llamó Diego Guebel (el productor), que me conoce hace más de 20 años, cuando hicimos El rayo. Y ahora nos encontramos en otra etapa. La vida da muchas vueltas”, admite.

Como en su casa, pero a una hora y media de distancia en autopista, la conductora y empresaria se sube cada mañana a una combi que la busca a las 6.30 hs y hace de su trabajo un hogar. Lo hizo en los camarines de La Academia -cuando se reincorporó a días de dar a luz a su beba- y ahora en una equipada cabaña en Cañuelas que acondicionó a gusto.

“Ya es como mi segundo hogar. Me traje todo lo que Ana necesitaba porque vamos a estar mucho tiempo. Ella me acompaña a todos lados y es muy compañera. Además, estamos con mi sobrina, Brisa, que vino de La Pampa para ayudarme todo este tiempo con ella. Eso hay que dejarlo marchando bien porque sino, no funciona”.

Un gran equipo acompañará a Pampita en el programa que debuta este lunes 21.

-¿Con eso no cedés?

-Depende el momento. No es que nunca se puede transar. Mi familia es mi prioridad absoluta, pero a veces te podés acomodar. A veces son períodos más cortos y hago un esfuerzo un mes. Acá son cuatro meses, así que organizamos todo para que no me afecte en casa. No podría venir acá con la cabeza tranquila y dedicarle todo sino.

Pero los horarios fueron muy cómodos para que en el día a día, en mi casa ni siquiera se perciba que no estoy. Voy a llegar todos los días a comer con mis hijos, a acostarlos, a ver qué hicieron en el día en el colegio.

-¿Sos muy estructurada?

-Muy. Porque si no, no funciona. En realidad no creo que yo sea estructurada tampoco. No está en mi esencia, pero tuve que aprender a serlo para que no haya falencias ni en un lado ni en el otro. Hay algunas cosas que para mí con los chicos tienen que estar. Para que tengan un horario y duerman tantas horas. Que tengan una rutina que les dé paz, tranquilidad y los contenga.

Pampita cuenta cómo era su vida de chica en su casa en La Pampa.

-¿Creciste con esa disciplina?

-¡No! En mi casa no existía nada… Era otra época, otro contexto y un pueblo muy chico. Nos llamaban a comer con un grito. Salían todas las madres a la vereda y volvíamos. Podíamos jugar todo el día. Era otra libertad y otra seguridad, porque los padres estaban tranquilos. Yo crecí con mi mamá, mi abuela, tías, muchas mujeres muy fuertes. También estaban mis tíos, los hijos de mi abuela, que todos tocan el piano. Mis primos también. Yo soy la única que no tengo buen oído.

-¿Te diste cuenta vos sola?

-Yo creo que después de un par de clases, se dieron cuenta de que no tenía remedio y buscaron algo artístico que pudiera hacer. Por eso me pusieron a estudiar ballet. Y la verdad, fue una enseñanza que me sirvió toda la vida. La disciplina, el esfuerzo, el ser autosuficiente…

“Con mis hijos hablamos de todo y me gusta esa transparencia que tienen ellos”, asegura.

-¿A qué edad estudiaste?

-Habrá sido desde los 4 hasta los 16. Pasé toda mi infancia bailando ballet y hay cosas ahí que me quedaron para siempre. Yo iba sola en colectivo, ponía el despertador y me levantaba temprano. Volvía, lavaba mi malla, mis medias y me cocía las zapatillas. Esa cosa de ocuparme de lo mío y hacer el trabajo todos los días, despacito, y tener sus frutos con el tiempo. Todos mis recuerdos son con un rodete, arriba de un colectivo y el bolsito con las zapatillas.

-¿Y en esas memorias está también tu papá, aunque falleció cuando eras muy chica?

-Sí… La verdad que la vida me dio todo. No me puedo quejar. Y los que no están, siempre estuvieron presentes igual en nuestra casa. Con mucha naturalidad. No hay tabúes con ningún tema. Con mis hijos hablamos de todo y me gusta esa transparencia que tienen ellos. Que ven todo súper natural, simple y sin tanto rollo.

Con su beba, Ana, que ya dice “mamá”… Foto Archivo Clarín

-¿Siempre ves el vaso medio lleno?

-Sí, siempre. En todo. Inclusive los porrazos. Siempre pienso: a ver qué vamos a sacar de esto. Tiene que ser así, si no, no crecés. Si no tenés autocrítica, humildad… Yo no puedo ser más positiva.

-No es una postura…

-No, cero. Y mientras más años pasan, más te reís de tus cosas. Más te divertís con eso. Es como abrazarse también a uno mismo y decir: bueno, esto es lo que soy. Hasta acá puedo dar.

-¿Pero te permitís estar mal?

-Por supuesto. Está todo bien con eso también. No soy ni de ocultarlo, ni de no permitírmelo. Me parece que tenemos que pasar por todos los estados. Somos humanos.  Yo soy de las personas que lloran más por alegrías que tristezas, porque las cosas lindas me provocan también mucha emoción.

“Yo soy de las personas que lloran más por alegrías que tristezas”, sugirió a “Clarín”.

-¿Qué te hace llorar?

-Lloro por todo. Todo me emociona. Mis hijos se ríen mucho con eso. Cuando estamos en el cine me miran a ver si ya empecé con alguna lágrima. O en los actos del colegio, me lloro todo. Ya saben que su mamá es así y creo que un poco les encanta.

La anfitriona

-No es la primera vez que te toca liderar un equipo de trabajo en televisión. ¿Te gusta ser anfitriona?

-Sí, en mi casa soy muy anfitriona. El que viene sabe que lo voy a agasajar, lo voy a cuidar, lo voy a mimar. Y en este reality va a pasar un poco eso también con los participantes, ese va a ser mi rol y voy a estar a disposición para todos. Además, me gusta mucho trabajar en equipo y que cada uno se pueda lucir, brillar, que nos potenciemos. Siempre priorizo estar en buenas manos.

-Cuando llevaste “Pampita Online” a Telefe, se te analizaba con lupa y criticaba mucho. ¿Sentís que pagaste derecho piso?

-Creo que la tele es así. Pampita Online, que amo hacer y ojalá pueda volver a mitad de año, tiene un formato específico con una entrevista que es el corazón del programa. Y cuando estuvimos en Telefe perdimos nuestra esencia con el minuto a minuto. Tal vez el invitado no rendía y se lo sacaba rápido. Y en un canal más relajado no tengo esa presión, eso de que no se le respete el tiempo al invitado.

Y aclara: “Pero no siento que haya sido personal conmigo. Lo veo con todos los programas que a veces funcionan y a veces, no. Hay mucha mirada sobre eso y se le presta mucha atención a lo que hacen los colegas. Siempre hay alguien hablando, comentando”.

-¿Y no te condiciona esa mirada? ¿Trabajás en vos para que no te salpique?

-No (se ríe). No tengo mucho tiempo libre y lo que tengo, se lo dedico a la familia y a mi bebé en este momento. Obviamente si tocan a los tuyos los vas a querer proteger y cuidar. Pero con mi marido (Roberto García Moritán) tenemos nuestros mundos bien definidos. Este es mi ámbito y él tiene el suyo, no somos de mezclar.

-Pero más de una vez te propusieron entrevistarlo…

-Siempre quieren. No lo descarto. Tal vez en algún momento. No lo encontré necesario. Pero no era un no rotundo. Estaba esperando que él tuviera su contenido y pueda ser entrevistado como corresponde.

Pampita y Roberto García Moritán celebraron sus cumpleaños. Fotos Movilpress.

-¿Y conducir un programa político?

-No, hay que ser muy respetuoso con la política y saber mucho. No estar parado en ninguna vereda para ser objetivo y lo más neutral posible. Yo no podría. No podría ser objetiva. Tenés que tener mucha información y tal vez una carrera relacionada. No tendría las herramientas para tener un programa político.

-Además de “El hotel de los famosos”, también calentás motores para un programa de propuestas de casamiento.

-No es un programa, va a ser algo… ¡No lo quiero spoilear! Porque es una sorpresa.

-¿Sos una abanderada del amor?

-Soy una abanderada y promuevo mucho el poder decirlo, el quitarse tabúes, el poder reconocer que el otro te hace bien y que es necesario en tu vida. Y me gusta promoverlo.

La esencia de un reality de alta gama

“Voy a ser como una tía que van a poder abrazar”. Carteles de “no tocar”, alacenas listas y baños impolutos. Habitaciones de categoría, muebles de mármol en la gama del dorado y más de 14 cámaras de estudio y 11 robóticas listas para ser encendidas.

“Van a descubrir algo distinto, una faceta nueva tal vez. Voy a ser como una tía que van a poder abrazar”, asegura la anfitriona.

Así se vislumbra el hotel de alta gama y estética minimalista -al que Clarín tuvo acceso desde adentro, semanas antes de su apertura- que hospedará, durante cuatro meses, a un grupo de 16 participantes famosos para competir por el premio de 10 millones de pesos.

“Hay distintos tipo de realities, pero a nosotros nos gustan los que tienen una actividad por detrás. Y llegás siempre al mismo punto: ver vínculos y los comportamientos de una convivencia. Cuando hicimos El bar, hace muchos años, también estaba en juego el trabajo y desempeño del otro. Acá se dividen en huéspedes y staff y, dependiendo cómo les va en las competencias, pasás para un lado o para el otro”, explica a Clarín el titular de Boxfish, Diego Guebel.

En el lobby del hotel, uno de los ambientes principales del predio de 7 hectáreas situado en Cañuelas, hay movimiento permanente. Desde personal gastronómico, técnico y de producción, sumado al staff completo que acompañará a Pampita y a El Chino Leunis en la ambiciosa apuesta de Boxfish para El Trece.

“No sé si ya probaste las delicias de Christian Petersen…”, comenta Ardohain, sobre el Chef que junto a Gabriel Oliveri, Gerente del hotel, Juan Miceli, responsable de Jardinería, y la participación especial de José María Muscari, como coach de convivencia, la acompañaran a diario, además de Cande Ruggeri como host digital.

“Miramos siempre hacia el streaming y el aire, que son dos miradas distintas. Hoy estamos justo en medio de un cambio de paradigma, en cuanto a cómo la gente mira televisión, que puede ver ocho horas de corrido una serie. Y alguien que ve tele de aire hoy necesita otro tipo de cosas”, agrega Guebel, sobre el original formato que llevaba un año amasándose y que implicó ensayos con dobles de los participantes, previo a las grabaciones.

De aire sofisticado, pero funcional al show, el armado requirió de tres meses de diseño y acondicionamiento. Y considerando sus setenta mil metros cuadrados, se exprimió al máximo con cinco pistas de juegos en espacio verde, barra, piscina, jacuzzi y spa. “Es un sueño hecho realidad”, cierra Pampita.

-¿Te sentís cómoda timoneando el barco?

-Sí, me encanta. Además van a descubrir algo distinto, una faceta nueva tal vez. Voy a ser como una tía que van a poder abrazar. Voy a estar a disposición y no me van a tocar las partes difíciles, sino las lindas. También acá soy la única mujer, así que me van a mimar mucho.

POS

TEMAS QUE APARECEN EN ESTA NOTA

Mas noticias
NOTICIAS RELACIONADAS