Tal como estaba previsto, este domingo el padre Luis Cruz tomó posesión como párroco de la parroquia Santiago Apóstol. La ceremonia estuvo presidida por el obispo diocesano Vicente Bokalic.
El templo, ubicado a escasos metros de la Plaza Manuel Belgrano albergó a un importante número de fieles provenientes de las distintas comunidades eclesiales que componen la gran comunidad de Santiago Apóstol; además, acompañaron los miembros de la parroquia San Juan Diego (ciudad Capital) en donde el presbítero Cruz cumplió, en sus últimos 9 años, su misión pastoral.
Además, participaron el padre Gastón Alejandro Cuello (parroquia Cristo Rey); padre José Daniel Centeno (parroquia Nuestra Señora de La Salette); como así también el intendente Pablo Mirolo e instituciones intermedias de la ciudad.
Tras la lectura del evangelio monseñor Bokalic dirigió su mensaje a la feligresía. «Comenzamos a vivir el tiempo de Cuaresma, que nos lleva a mirarn os a nosotros mismos. Es una invitación a escuchar a Dios y mirar nuestras vidas», empezó diciendo el obispo.
Más adelante el pastor de la iglesia santiagueña precisó, «Jesús fue llevado al desierto; el hijo de Dios es tentado por el demonio que vino para ponerlo a prueba». En su reflexión monseñor puso especial atención en el ofrecimiento que satanás le hizo a Jesús, «de darle todos los reinos de la tierra, como si el fuera el dueño de los poderes de la tierra».
Al respecto amplió, «atención con eso. Los poderes de la tierra muchas veces tienen cosas demoníacas. Sino pensemos que están haciendo con la guerra. ¿No es demoníaco eso?».
Sobre esta cuestión ahondó, «jugar con la vida de las personas, matar, destruir. No es demoníaco eso. Atención».
Bokalic señaló que Jesús a cada una de las tentaciones respondió, «no sólo del pan vive el hombre. De los bienes materiales, que si bien nos hace falta, pero cuando esto se convierte en lo único comenzamos a equivocarnos. A Jesús no le interesa ninguna de las tentaciones que le ofrece el demonio; el trono de Jesús es la cruz. Él vino para servir y servir hasta morir. Jesús nos enseña que venció las tentaciones con la Palabra de Dios».
«Todos estamos tentados en nuestra profesión, en nuestra vida a engañar, a difamar. La oración y la Palabra de Dios nos ayuda a luchar contra eso», agregó monseñor.
En otro tramo de su reflexión el obispo diocesano reconoció que los jóvenes no sólo de ciudad Capital sino también de La Banda están inmersos en múltiples adicciones, que no son otras cosas que las tentaciones del demonio, «es necesario proponerles a los jóvenes a Jesús para sacarlos de las cosas malas. La Eucaristía se debe transformar en un momento culminante. Necesitamos volver a nuestras casas con algo nuevo, saber que Jesús me acompaña. En La Banda se nota un avance de las adicciones y no podemos mirar al costado».
Dirigiéndose al padre Cruz señaló, «Luis si ayudas a este pueblo a descubrir el misterio de la Palabra de Dios, tu misión se ha cumplido».