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“Dejame hablar y no te voy a gritar”: los cruces entre Gabriel Katopodis y Fernando Iglesias

Fernando Iglesias y Gabriel Katopodis protagonizaron un fuerte cruce en televisión. Gritos, interrupciones, chicanas y acusaciones cruzadas fueron los condimentos que tuvo la tensa discusión, que terminó con el diputado de Juntos por el Cambio a punto de irse, tras exigirle al ministro de Obras Públicas de la Nación en reiteradas oportunidades que se callara “la boca una vez”.

En un comienzo, Katopodis tuvo la palabra y aprovechó para valorar el acuerdo que Alberto Fernández consiguió con el Fondo Monetario Internacional y, además, para criticar a la oposición por la herencia que dejó el Gobierno de Mauricio Macri.

El ministro dispuso de tiempo y silencio en el estudio de TN para desarrollar su monólogo. “Ellos generaron un problema y nosotros, una solución“, “a ellos no les gusta que les digan la verdad, por eso se levantan y se van”, “nos dejaron una economía en caída libre, un Estado destruido y una sociedad golpeada” y “se están recuperando todos los sectores de la actividad industrial” fueron algunas de sus frases.

Luego, fue el turno del diputado, que contraatacó. “La deuda más grande es la que tomó tu Gobierno, es mucho mayor que…”, expresó antes de que llegara la primera de las innumerables interrupciones del funcionario oficialista. Fue entonces cuando empezó el enérgico intercambio verbal.

“Dejame terminar, ya hablaste largo. Dejá hablar, Katopodis, dejá hablar. Como saben que no tienen la razón, no hacen más que interrumpir. A los dos segundos que empiezo a hablar, estás cortando”, enfatizó.

Fuerte discusión entre Fernando Iglesias y Gabriel Karopodis. Foto: Captura.

Acto seguido, levantó el tono de voz para dejar a Katopodis en un segundo plano y poder desarrollar su idea: “La verdad es esta: la deuda que tomamos con el FMI, lejos de ser la más grande y toda la bataola que hacen, es el 12 % de la deuda pública argentina, que ustedes aumentaron desde que son Gobierno mucho más que la deuda que se tomó con el Fondo.”.

“Eso es mentira, no hay ningún dato”, interrumpió nuevamente. Iglesias, por su parte, siguió exigiéndole que lo dejara “terminar de hablar”. “No me grites”, pidió el ministro. “Dejame hablar y no te voy a gritar“, le contestó.

Minutos después, llegó el segundo round de la confrontación. “No hay ningún crecimiento, Katopodis. No mientas más. Acá están los datos”, señaló el legislador, que volvía a tener la palabra. Sin embargo, no pudo continuar. “7 %, Iglesias, la actividad industrial; 13 % la inversión productiva”, acotó quien fuera intendente de San Martín.

Uy, otra vez. No puede dejar hablar. ¿Cada vez que me interrumpa Katopodis me van a quitar la palabra? Yo me voy a mi casa”, se enojó. Y Katopodis volvió a provocarlo: “No tenés que gritar y te tenés que calmar Iglesias. Tenés que serenarte”.

Fernando Iglesias en el Congreso de la Nación, en el discurso de Alberto Fernández por la apertura de sesiones ordinarias. Foto Lucía Merle

Sobre el final del programa, llegó el tercer round. Esta vez, Iglesias se mostró calmado: “Si vos no me interrumpís yo no grito. Katopodis habla de crecimiento, habla de obra pública. Yo pido que a todos los que les gustó la obra pública de (Guillermo) Dietrich, que nos voten a nosotros, y a los que les gustó la obra pública de Katopodis, que lo voten a él”.

No obstante, la paz no duraría mucho. Otra vez, el ministro interrumpió: “Llamá a cualquier intendente o gobernador de la oposición y preguntale cómo le está yendo con el Ministerio de Obra Pública”.

“Sigue, sigue… Les molesta mucho las cosas que digo, por eso me tienen que interrumpir”, arremetió. Luego, se puso los anteojos, agarró su cuaderno y se levantó de la silla, amenazando con dejar el piso.

No se puede levantar e irse cada vez que alguien le dice la verdad. Te tenés que quedar sentado, aprender a debatir y hablar”, lo cruzó Katopodis. E Iglesias replicó: “No me des más instrucciones, porque soy grande y voy a hacer lo que me parece. Callate la boca una vez, Katopodis. Estoy hablando yo, cállate la boca”.

Recién entonces terminó el cruce. No porque los protagonistas dieran tregua, sino porque el programa llegaba a su final. 

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