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Cinco artistas geniales del jazz que tuvieron muertes prematuras

Entre las tragedias que envolvieron al mundo del jazz podemos contar las de cinco grandes artistas que murieron prematuramente. Ninguno alcanzó siquiera para entrar al trágico club de los 27. Cinco músicos geniales que, si bien dejaron su impronta y su música, su pérdida dejó en el jazz una sensación de una tristeza imperecedera.

El guitarrista Charlie Christian (25), los trompetistas Fats Navarro (26), Clifford Brown (25) y Booker Little (23) y el contrabajista Scott LaFaro (25) murieron por distintas causas pero todos en el cenit de sus cortas carreras, cuando la escena de Nueva York los reconocía como jóvenes leones del jazz.

Cada uno de ellos hizo aportes personales que los llevaron prontamente de promesa a realidad, y de ahí dieron un salto hacia el reconocimiento de sus pares, mientras que en algunas ocasiones las audiencias no llegaron a tener tiempo para disfrutarlos.

En tanto Christian y Navarro fallecieron a causa de tuberculosis producto de una vida disipada con consumo de drogas y alcohol, Brown y LaFaro perdieron la vida en accidentes de tránsito y Booker Little debido a una nada romántica enfermedad renal.

Cinco artistas que siguen influyendo

Charlie Christian, un creador genial

La historia del jazz le hubiese dado un lugar de mayor preponderancia a Charlie Christian (1916-1942) si no hubiese muerto a los 25 años dejando sólo un puñado de grabaciones. De todos modos, tiene un espacio bien ganado en la evolución del jazz y de haber sacado a la guitarra de su lugar de acompañante en la sección rítmica para convertirla en instrumento solista.

Nacido en Bonham, Texas, aunque formado musicalmente en Oklahoma, con 23 años y a instancias de la pianista Mary Lou Williams y del descubridor de talentos John Hammond, entró en el sexteto y en la orquesta del clarinetista Benny Goodman, desde donde se convierte en uno de los primeros y el más prominente guitarrista eléctrico dentro del jazz.

Cuentan que Goodman no estaba interesado en un guitarrista, un instrumento poco orquestal para esa época debido, esencialmente, a la falta de volumen. Sin embargo, con Christian quedó deslumbrado después de una jam en la que hicieron Rose Room, con una variedad de solos que deslumbró al clarinetista. El guitarrista pasó de ganar 12,50 dólares por semana a 150.

Había estudiado además de guitarra, trompeta, aunque su instrumento preferido era el saxo tenor y en sus solos se percibe una forma de entonación saxofonística. Sus ídolos, por así decirlo, eran los saxos tenores Lester Young y Herschel Evans, músicos de la orquesta de Count Basie.

Charlie Christian protagonizó la revolución del bebop.

Fue uno de los protagonistas de la revolución del Bebop, en Minton’s junto con Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Thelonious Monk y Kenny Clarke, quien afirmó que Epistrophy y Rhythm A-Ning eran composiciones de Christian, y que en su momento el guitarrista las había tocado para él y Monk (finalmente, estos temas aparecieron firmados por el pianista).

Artífice del jazz moderno fue incluyendo poco a poco el vocabulario del bebop en el grupo de Goodman que también firmó muchas de las melodías que Christian había compuesto para el sexteto. Christian no tiene discos a su nombre.

La vida de noche y sus tentaciones más el abuso de alcohol y drogas desembocaron en que tuviese una salud quebrantada por tuberculosis. A comienzos de 1940 debió internarse por primera vez, pero en septiembre, volvió a Nueva York, donde retomó su vida musical junto con sus excesos.

En junio de 1941 sufre una grave crisis y se internó en un sanatorio de Staten Island del que ya no logra salir. Murió el 2 de marzo de 1942. Charlie Christian fue incluido en el Salón de la Fama de la revista Downbeat en 1966; en 1989, entró en el Salón de la Fama del Jazz de Oklahoma y en 1990 entró en el Salón de la Fama del Rock and Roll por sus aportes como guitarrista eléctrico.

Fats Navarro, un virtuoso de la trompeta

Nacido en Key West, Folrida, Theodore “Fats” Navarro (1923-1950), de padre cubano, fue uno de los grandes músicos que a finales de los años cuarenta se sumó a los boppers y que llegó incluso a eclipsar a Miles Davis y al propio Dizzy Gillespie.

Se formó tocando en orquestas de swing hasta que, cansado tras siete años de carretera, se instaló con 23 años en Nueva York, donde inmediatamente llamó la atención por su enorme talento y una perniciosa adicción a la heroína, que era un código entre los jóvenes boppers.

Dueño de un toque especial, Fats Navarro llegó a eclipsar al mismísimo Miles Davis. Foto de dominio público

Tocó con Charlie Parker y Coleman Hawkins pero sentía que estaba en condiciones de recibir un salario alto y no el de un acompañante. Se unió al pianista y compositor Tadd Dameron cuya música se acomodaba idealmente al estilo de Navarro, de tono amplio y abierto y de líneas inspiradas, sin esa crispación tan propia del bop.

La debilidad generada por su adicción lo llevó a contraer una tuberculosis que acabó con su vida el 6 de julio de 1950, luego de estar sólo cinco días internado en el hospital. Tenía 26 años. En 1982, Fats Navarro entró en el Museo de la Fama de lDownbeat.

Clifford Brown, un artista maravilloso

La historia de Clifford Brown (1930-1956) tiene similitudes y diferencias con los músicos de su generación. Sin apego por las drogas o por el alcohol, este trompetista, nacido en Wilmington, Delaware, en el seno de una familia de músicos, tuvo una trayectoria sorprendente. Cuatro años de grabaciones con un valioso material que aún hoy sigue siendo insuperable.

Tocó con Art Blakey, Lionel Hampton, Tadd Dameron y J.J.Johnson, entre otros, sin embargo fue en el quinteto con el baterista Max Roach donde Brownie logró expresarse en toda su calidad artística. Influido por Fats Navarro, Brown dejó una marca indeleble no sólo entre los intérpretes de su instrumento sino también en el jazz.

Su forma de frasear, la asombrosa velocidad y complejidad de sus solos, su tono voluminoso, dorado y un lirismo impactante hicieron de este trompetista la mayor influencia dentro del jazz moderno, por delante del mismísimo Davis.

Con Roach hicieron el grupo más respetado del hard bop y no sólo basado sobre la calidad técnica de estos músicos; los aportes de Harold Land primero y Sonny Rollins después en el saxo tenor y de Ritchie Powell (hermano menor de Bud Powell) en el piano le dieron un lugar importante en la historia del jazz.

Clifford Brown logró salir con vida de un accidente automovilístico, pero murió en otro.

Brownie, en junio de 1950 había tenido un accidente automovilístico que lo tuvo unos meses en el hospital y hasta donde llegó Gillespie para animarlo a que no bajara los brazos y siguiese tocando.

Seis años después, Clifford, Ritchie Powell y su esposa Nancy, se dirigían hacia Chicago para una actuación. Nancy decidió manejar para que los dos músicos durmieran en el asiento de atrás; la noche era lluviosa y, al parecer, perdió el control del vehículo que se salió de la carretera. Murieron los tres en el accidente, era el 26 de junio y Brown, tenía 25 años.

En 1954, Brownie ganó la encuesta de los críticos de las Downbeat como Nueva Estrella del Jazz y en 1972, el trompetista entró en el Salón de la Fama de Downbeat.

Scott LaFaro, el genio de las cuatro cuerdas

Uno de los grandes contrabajistas de jazz, Scott LaFaro (1936-1961), un artista que liberó a su instrumento de las habituales restricciones mientras creaba un estilo por completo revolucionario. Tocó con Chet Baker, Sonny Rollins y Benny Goodman, pero fue con el pianista Bill Evans que tomó todos los riesgos.

Se alejó del clásico walking bass para construir contramelodías y un trabajo de interacción impensado para un instrumento de acompañamiento. Su libre sentido del ritmo y sentirse menos atado al compás fundamental le permitió derribar reglas y prejuicios. Todo este material quedó registrado, especialmente, en los discos en vivo del trío de Evans en el Village Vanguard.

El crítico e historiador Joachim Berendt señaló sobre LaFaro: “El enfoque innovador de LaFaro al contrabajo provocó la emancipación introduciendo tantas posibilidades diversas que se hubieran creído imposibles para el instrumento poco antes”.

Scott LaFaro dejó un legado esencial como parte del trío de Bill Evans.

LaFaro nació en Nueva Jersey, hijo de un músico de Big Band, estudió piano, clarinete bajo, saxo tenor y sólo llegó al contrabajo por requerimientos académicos. Comenzó a tocarlo a los 18 años y con 23 ya estaba en el trío de Bill Evans.

El 2 de julio, LaFaro acompañó a Stan Getz en el Festival de Jazz de Newport. Fue su último concierto; el 6 de julio de 1961 se accidentó en Flint, en la Ruta 20, Nueva York, entre Ginebra, donde vivía su familia, y Canandaigua. Tenía 25 años.

Booker Little, una carrera breve y brillante

Apenas de tres años de carrera dejaron la sensación de que aquel brillante trompetista Booker Little (1938-1961) abandonó la escena demasiado pronto. Un músico de una madurez musical impactante que rápidamente ganó espacio en el competitivo mundo del jazz neoyorquino por su sonido melancólico, por momentos cristalino y una inteligente manera de estructurar sus solos.

Huyó de los convencionalismos melódicos y rítmicos del hard bop para desarrollar un modo propio de expresión en el que sobresalía su lirismo.

Little nació en abril de 1938, en Memphis, Tennessee, hijo de un trombonista y una organista; comenzó a los 12 años tocando clarinete para pasarse a los 14, a la trompeta. A los 16 años se mudó a Chicago para estudiar composición y orquestación; con 17, durante una grabación con el saxofonista tenor Sonny Rollins conoció a Max Roach, quien invitó a sumarse a su proyecto Max Roach Four.

Su debut discográfico fue en el disco Max Roach + 4 On the Chicago Scene (1958). Con 21 años se instaló en Nueva York donde conoció a John Coltrane, Slide Hampton, con quien colaboró en el disco Slide Hampton and His Horn of Plenty (1959).

Booker Little, un innovador que se fue con mucho aún para dar.

Desarrolló una actividad importante durante esos pocos años; grabó con Roach catorce discos entre abril de 1969 y septiembre de 1961, entre ellos el legendario We Insist! Suite Freedom Now, sin embargo el vínculo entre Booker Little y el clarinetista y saxofonista Eric Dolphy supuso un nuevo amanecer para el jazz.

Una relación de una riqueza superlativa que quedó reflejada en los discos Far Cry, grabado en diciembre de 1960, y Out Front, en marzo de 1961. Little comenzó a expandir el rango expresivo del vocabulario bop que ya había iniciado Clifford Brown, una de las mayores influencias de Booker Little.

Su último trabajo, Booker Little and Friend, grabado en julio de 1961, dejó en evidencia la estatura interpretativa de este artista. Booker Little falleció a causa de un síndrome urémico el 5 de octubre de 1961. Tenía 23 años.

E.S.

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